martes, 1 de noviembre de 2011

Capitulo primero: Érase una vez, en un parque de Granada

Un niño llamado Dany había ido de visita a casa de unos familiares durante un día entero. Por la tarde decidieron llevarlo a un parque,  el García Lorca, y como no conocía a ningún niño o niña que estuviera ahí se sentó en el suelo y empezó a jugar y a pensar el solo durante un rato bastante largo.


En aquel momento, una pequeña rubita llamada Lucía salía del colegio junto a su hermana Sarah y su madre. Llegó al parque,buscando a sus amigas habituales, y algo captó su atención. En la esquina más solitaria del parque, había un niño rubio a quien no habia visto jamás, jugando solito con un palo en la arena. Ella, no se lo pensó dos veces y se acercó a él venciendo su timidez para pedirle jugar a algo.


 Él quedó embobado mirándola, pues era la chica mas bonita que había visto a su corta edad. Respondió tras unos segundos que si, que por supuesto quería jugar con ella.


Como no se habian visto nunca, se sentaron y empezaron a charlar sobre las cosas que les gustaban, y se sorprendieron de lo mucho que coincidían, hasta que él de repente citó una frase de una de las series preferidas de Lucía, "Gargolas", y cuando se enteró de que a él tambien le gustaba, empezaron a recrear el episodio del dia anterior.    


Pasaron mas de dos horas jugando a recordar el episodio que los dos habían visto el día anterior. Parecía que el resto del parque había desaparecido, pues para ellos se habían callado los demás niños, y no veían nada, tan solo  el uno al otro. En cierto momento, Lucía recreó demasiado bien una parte en la cual se caía del tobogán o como ellos bautizaron el tobopicio. Dany al ver que su nueva amiga o "novia" estaba apunto de caerse de un rápido impulso le cogió la mano y la subió poco a poco hasta dejarla a su lado.


Ella estaba impresionada. No solamente por el susto de verse cayendo hacia atras, sino por la rapidez de él al cogerla en el aire, y dejara de nuevo en el tobogán. Durante una breve fracción de segundo, ella se fijó en sus ojos, verdes y brillantes, y sintió enrojecer, pues nunca habia visto un chico con unos ojos tan bonitos como los de aquel rubio. Acaricio levemente la mano que aún la agarraba y acabaron el juego, para ponerse a hablar de nuevo.


Cuando terminaron de hablar, ya era algo tarde y Dany tenia que volver a casa de sus familiares para volverse al día siguiente a su casa, en Valencia. Cuando fue a despedirse de Lucía, le había causado tanta impresión que intentó besarla a lo cual ella, como su madre estaba mirando, le respondió con una bofetada, que para él estaba llena de amor. 


Tras haberle dado la bofetada, se arrepintió casi enseguida, y le persiguió por el parque, para intentar reparar el daño, pues el habia sido muy bueno con ella, y no lo merecia. No solamente le habia salvado la vida, sino que le había compartido con ella parte de su merienda, chocolate con galletas. Le preguntó al niño que si iba a volver, y él le contestó que no lo sabia, tras lo cual se marchó.
Al quedarse sola sentada bajo el togopicio, se dio cuenta de que ni siquiera sabia el nombre de aquel muchacho que tanto le gustaba, y se acariciaba la mano, que aun conservaba algo de su olor. No entendía que estaba pasando, el hormigueo de su mano y la sensacion de mariposas en el estómago era algo nuevo para ella, y lo unico que deseaba era que llegara el dia siguiente para poder verle a él.

Aquella misma noche, Dany intentó convencer a sus padres para quedarse algo de tiempo más, y así poder estar con su nena rubita, a la cual tanto ansiaba volver a ver, pero se lo negaron. Para él fue un golpe muy duro, pues quería pedirle a Lucía que fueran a jugar solos a otro sitio donde no hubieran mas niños y poder pedirle que fuera su novia.

Por la noche, mientras se estaba duchando, Lucía se dio cuenta de que habia perdido uno de los lacitos rojos que habia llevado en el paque, y creyó que lo habia perdido, hasta que empezó a pensar que igual era el nene rubio el que lo tenia, y le hizo ilusion pensar que al menos, él se acordaria de ella gracias al lacito.Y así fue,lo que no sabia Lucía es que dentro de su chaqueta,el rubio,le había dejado un pequeño regalito en un bolsillo,ya que el se había quedado con su lacito por lo menos que ella tuviera algo suyo y así se acordara de él.
Pero aquel pequeño anillito se lo habia robado su hermana, y ella se quedo sin nada que le recordase aquella maravillosa tarde.
Cada dia ella volvia al parque, con la esperanza de que volviera su rubio y poder darle ese beso que tanto anhelaba, pero los días se convirtieron en meses y estos en años, y aquel  nenito rubio no volvió


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